martes, 17 de julio de 2018

Hitler no sería un golpista en la Alemania de hoy en día


Pasados los años y en esta manía de ganar el pasado en lugar del futuro a algún nostálgico del nazismo podría darle por revisar la condena Adolfo Hitler por el “putsch de Múnich” con el que en 1923 intento derrocar al gobierno de la República de Weimar en Alemania.
 
Y lo grotesco del asunto es que a la vista del pronunciamiento del tribunal de Schleswig Holstein igual declaraban que efectivamente Hitler no dio un golpe, sino que solo pretendía sentar a negociar al gobierno legítimo de Alemania.
 
Para los desmemoriados habrá que recordar que, en la tarde del 8 de noviembre de 1923, Hitler- digamos que hablamos de Puigdemont-  junto con un contingente de sus milicias de las SA-digamos que hablamos de los CDR-, llegó a la cervecería Bürgerbräukeller donde el gobernador de Baviera, pronunciaba un discurso delante de tres mil personas y bloquearon las salidas.
 
En ese momento entró por la puerta delantera y saltó sobre una silla gritando: ¡La revolución nacional ha comenzado!”, -digamos que hablamos del cerco a la Guardia Civil en la sede de Economía de la Generalidad y la proclamación en la asamblea catalana de la Republica- proclamando un gobierno provisional.
 
Mientras tanto, tres hombres del gobierno de Baviera retenidos en la cervecería fueron liberados bajo palabra de compromiso con la «revolución nacional». Los tres gobernantes, inmediatamente después de ser liberados, dieron órdenes a la Policía de acabar con la revuelta y se mostraron firmes en sus puestos, pongamos que el Gobierno proclama la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
 
Estos hechos concluyeron con la detención de Hitler, lo que nos hubiéramos ahorrado de haber hecho lo mismo con Puigdemont, y su condena por alta traición – pongamos procesado por rebelión-.
 
Pues bien, a día de hoy y si hemos de atenernos a los dictados de los jueces de Schleswig Holstein, Adolfo Hitler, ese futuro genocida de seis millones de judíos, quien arraso años más tarde Europa entera provocando treinta millones de muertos, habría sido liberado sin cargos, “ya que la sala no aprecia que estas acciones fueran capaces de poner seriamente en peligro el orden constitucional del Estado español-pongamos alemán “
 
Vivir para ver.
 
 
 

martes, 10 de julio de 2018

Sánchez traiciona a España y apuñala al Rey


Lo de la reunión del Presidente del Gobierno de España y el presidente autonómico catalán Sr. Torra ha sido un completo despliegue de desvergüenza, humillación ante un delincuente sedicioso y ataque a la dignidad de España.

Con indignación oí en la crónica del Telediario del mediodía en TVE que la intervención del Rey el 3 de Octubre había sido “de parte” situando al monarca español como un mero guiñol al orden y mando del gobierno de Rajoy y no como lo que es, “Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica”.

Olvida Sánchez, y no debiera hacerlo, que el Rey en esta ocasión - y no es una excepción- manifestó lo que la mayoría de los españoles pensamos frente al ataque separatista, pero es que además el Rey cumplió la obligación que asumió al tomar posesión “guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas”.

Un cumplimiento de sus obligaciones que empieza e echarse de menos en la conducta del Presidente del Gobierno de España pues su primera obligación es la defensa del Estado, siendo responsable directo y personal de dicha acción sometida a la ley y al derecho que en nuestro caso es la Constitución que en su artículo 1 señala que “La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria” y en su artículo 2 remarca” La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”

Y siendo grave lo anterior no lo es menos la falta de firmeza del Presidente del Gobierno de España, no me asusta que el Sr. Torra exhiba un lazo amarillo, lo que me indigna es que el Presidente de Gobierno de España no le afee la tergiversación y mentira que supone sostener que en España haya presos políticos y que al menos no luciera en su solapa las insignias de la Guardia Civil, Policía Nacional y del Poder Judicial  que tan dignamente están defendiendo la legalidad en todo el territorio nacional.

No me asusta hablar de cualquier cosas, lo que me indigna es que el Presidente del Gobierno de España no defienda con la razón, el derecho y la vehemencia necesaria que el imperio de la Ley protege y ampara a todos los españoles por igual, que a las mismas normas nos sometemos todos del Rey para abajo y que esa prevalencia de la ley protege antes que nadie al débil y somete al poderoso y entre ellos y significadamente a los responsables políticos a los que encargamos el buen gobierno de España y sus comunidades.

La búsqueda de la “distención” no puede venir ni de la asunción de un relato falso ni de permitir la instrumentalización de los poderes que tiene el máximo representante de la Administración del Estado en una comunidad autónoma, que en el caso catalán es el Sr Torra en contra del interés general ni de no poner en su sitio al que se atreve a ningunear al rey como si el representante de todos los españoles tuviera que tener el plácet de los jefecillos de taifas autonómicos para desplazarse por el territorio nacional.

Por ello la actitud, ausencia de respuestas del Presidente de Gobierno de España me llenaron de indignación y desde luego si no se enmienda no debiera faltar el que le exija cumplir con sus obligaciones o apartarse o será apartado por los que nos consideramos participes y protagonistas de esa soberanía popular que se encarna en el pueblo español y él tan mal defiende.