lunes, 14 de diciembre de 2015

Si el enemigo llega a nuestras puertas habremos perdido


Es preocupante que solo el 31% de los españoles apoye una intervención armada en Siria e Irak contra los terroristas islámicos.

Décadas de buenismo y “buen rollito” han anestesiado  a los españoles  ante sus responsabilidades y las obligaciones que acompañan a los derechos y compromisos con nuestros aliados, con quienes compartimos valores y principios.

Se ha hecho creer a una gran mayoría que permanecer ajenos a la defensa de los intereses occidentales nos hará inmunes a la amenaza terrorista cuando es totalmente lo contrario. Dicho entreguismo es la declaración más evidente de nuestra derrota.

Una derrota que una mayoría de españoles  parecen admitir sin ni siquiera haber intentado combatir.  

Este estado de “minoría de edad inducido” a que han llevado a gran parte de los españoles les impide ver que cuando esos terroristas lleguen a nuestras fronteras, las traspasen nos encontraremos solos y de un plumazo nos veremos privados del Estado de libertad y bienestar del que disfrutamos pero que parece que no nos merecemos al negarnos a luchar por su mantenimiento.

¿Cómo podremos pedir a los demás que acudan en nuestro auxilio cuando hoy nos negamos a acudir en el suyo mientras vemos derramar la sangre de sus hijos por quien nos amenazan a todos?

Dicen que no se nos puede pedir ser héroes, al menos debiera podérsenos exigir ser ciudadanos, titulares de deberes y derechos, y no súbditos. El pan y circo nos ha atontado e impide cualquier pensamiento crítico que supere el límite de nuestras narices.

En este tiempo faltan líderes que nos sacudan esta vagancia mental y nos enfrenten a nuestras responsabilidades, que veamos más allá de los índices de la última encuesta para pensar en el mañana de las nuevas generaciones y el mundo que queremos  para nosotros y ellas.

Sobra complacencia y falta compromiso para defender lo que tanto hemos tardado en construir ante la nueva barbarie que nos quiere someter a sus dictados y anular la libertad que tanta sangre y sacrificio ha costado instaurar. Es tiempo de ciudadanos que asumamos  nuestro papel, pleno de derechos pero también de deberes y si lo conseguimos seremos héroes, sino nos tacharan de cobardes y nos lo habremos ganado a pulso.

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