El triunfo de Ramón Espinar, el
de "la diferencia entre el precio de venta y el de compra no es beneficio", en las elecciones a Podemos Madrid se está
vendiendo como un triunfo de Pablo Iglesias sobre las tesis de Errejon y un
giro, más, a la izquierda de Podemos.
Pues que disfruten, pero políticamente
es un error.
Lo es porque de seguir ese camino
Podemos se aproximará a lo que parlamentariamente, en autonomías y ayuntamientos,
representaba Izquierda Unida: una muleta irrelevante de apoyo al PSOE frente al
PP.
Y eso porque a pesar de Bescansa,
España si es un país de viejos y, desgraciadamente (para el futuro de nuestras
pensiones), la mayoría de la población superamos esa edad.
Podemos con ese giro radical
talvez gane la calle, pero paulatinamente perderá las elecciones y el espacio
político ante un PSOE al que con ese giro ha dejado un campo libre, el de las
políticas moderadas y constructivas de la izquierda.
¿Qué no será un proceso rápido? Evidentemente,
pero eso de igual manera perjudica a Podemos y su líder Pablo Iglesias.
Y es que a Pablo Iglesias le
pueden las prisas, quiere llegar a Presidente del gobierno antes de que empiece
a clarearle la calva, y eso llegara antes que tarde, por lo que ve en la
agitación el único camino para conseguir lo que no le dieron los votos.
Pero no se engañe señor Iglesias,
la algarada da minutos en los telediarios, pero no votos.
Sin elecciones a la vista en las
que capitalizar la actual desazón del PSOE, con unas encuestas que dicen que 71
diputados es su techo y con un PP al alza a Pablo Iglesias le quedan días amargos
en los que todo el arco parlamentario le recordara que “aquí se viene a
trabajar” y día a día tendrá que aportar soluciones y alternativas a los
problemas de los españoles distintas al “no es no” que tan malos resultados a
su camarada Sánchez.
Menos mal que al menos el no tuvo
la pedantería de irse a Estados Unidos a apoyar a Hilary Clinton....
No hay comentarios:
Publicar un comentario