La izquierda radical y los
separatistas vascos coinciden a menudo en varios temas y en lo que están absolutamente
de acuerdo es en que no quieren la derrota policial de ETA.
¿Y por qué? La respuesta en el
caso de los separatistas es evidente, si se pierde el árbol dejan de caer las
nueces. Este, y no otro, fue durante años el modo de extorción del PNV a los
sucesivos gobiernos de UCD, PSOE y PP por el que sacaban al gobierno de España
competencias, inversiones o dinero.
En el caso de la izquierda radical,
Podemos e Izquierda Unida, la explicación es más retorcida pero no por ello
menos clara. Y es que les estropea el “relato mágico” de la insurrección de un
pueblo sometido que derrota a un todopoderoso Estado, y les da lo mismo que
este se llame España y en las manos de ese terrorista genocida este la sangre
de 1.000 inocentes.
Este “relato mágico” nació en la
izquierda con la guerra de Vietnam y la Revolución cubana. Dos ejemplos de cómo
un “pueblo en lucha”, naturalmente comunista, derrota a la súper potencia al “imperio
del mal” que personifica Estados Unidos.
Si se consigue la derrota de ETA
por la policía, los jueces y en definitiva el Estado de Derecho, se demostrará
que no existía tal “insurrección armada”, tal “pueblo oprimido” y el terrorismo
no saldrá gratis como ellos pretenden cuando lo identifican como suyo.
Eso y no otra cosa esta detrás de
las protestas ante la última detención en Francia de un dirigente de ETA.
Les quitan la ensoñación del
acuerdo entre iguales, entre un Estado de Derecho y una banda de asesinos. Les
quitan el brillo del terrorismo “político”, puesto que una derrota policial y
judicial los deja en lo que son, vulgares delincuentes.
Para sostener esa farsa, el “pueblo
sometido en lucha” que por definición nunca puede ser vencido. Necesitan la pantomima
de la entrega “simbólica” de los arsenales de ETA, necesitan la foto de sentar
en una misma mesa a los representantes legítimos de España y de los
terroristas, necesitan que no haya “vencedores ni vencidos”.
Y todo ¿por qué? Pues si aún no
lo sabe le diré que es porque Podemos y la actual dirección de Izquierda Unida,
con un Garzón suplicante de un puesto público de por vida aun a costa de la
renuncia de sus ideales y de la defensa de los españoles, no quieren un país próspero,
donde impere la ley.
Porque saben que ellos han nacido
y crecido de la impotencia, del rencor, de la insatisfacción de expectativas
creadas artificialmente donde a los derechos no existía la contrapartida de un
deber para con uno mismo y la sociedad a la que pertenece. Porque Podemos han crecido
a costa de una sociedad que no se quiere hacer mayor, que no quiere asumir las responsabilidades
que arrastra el tomar decisiones individuales y colectivas.
Sin ese malestar que ellos
canalizan hacía la destrucción de lo anterior para la creación de un “tiempo
nuevo” que solo ellos son capaces de adivinar y dirigir no son nada.
Y en ese tiempo nuevo no habrá ley
ni justicia sino la voluntad del pueblo, algo que ya inventaron los nazis y los
soviéticos, de la que ellos se erigen en interpretes únicos.
Por eso apartan la vista de la
sangre derramada, hacen oídos sordos a las reclamaciones de las víctimas, sus
familias y desprecian la ley y la justicia como instrumentos del Estado de
Derecho, que una vez más demuestra que es más fuerte que el “pueblo en armas”
con el que sueñan que los aupara al gobierno de los suyos y eliminación física
o social de los que no piensen como ellos.
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