Será con motivo de la última
crisis, pero los españoles llevamos un tiempo bastantes desquiciados, alejados
de la realidad y exigiendo en público lo que en privado negamos, mostrando dos
caras a modo del Doctor Jenkill y Mr. Hyde.
Viene esto al caso, pero no es el
único ejemplo, del último dato publicado por la Dirección General de Ordenación
del Juego sobre el gasto de los españoles en apuestas online. En 2016 los
españoles nos hemos gastado la friolera de 10.000 millones de euros en apuestas
por internet, y con solo esa cantidad eliminaríamos el 66% del déficit de la
Seguridad Social por pago de las pensiones.
¿Lo saben esto los españoles? ¿se
lo ha dicho alguien a los 25 millones de españoles entre 18 y 67 años?
Porque en casa, bares y oficinas llevamos
mucho tiempo quejándonos, entre indignados
e impotentes, de que cada vez más se aumenta
la edad de jubilación, se rebaja la cuantía nuestras futuras pensiones, o simplemente nos
planteamos si llegado nuestro momento habrá pensiones para nosotros.
Y a lo mejor la solución es
decirles a esos mismos españoles que se indignan y protestan que se trataría de
ahorrar poco más de esos 500 euros que gastan al año apuestas por internet para garantizar su pensión.
Pero es que esos mismos españoles
que gastan 500 euros al año por cabeza en apuestas online son los que se
indignan, ponen en la picota a Gobiernos y eléctricas por la subida puntual de
la luz en Diciembre y Enero- la electricidad y el gas suponen el 4,5% de su
gasto anual- mientras gastan al año un 9,1%-el doble- en bares y restaurantes.
Ejemplos como los anteriores nos
deben llevar a reflexionar si los españoles estamos abonados al doble lenguaje
de “vicios privados y públicas virtudes” o somos un pueblo inmaduro, incapaz
de aceptar la realidad y de actuar de
forma coherente con nuestras creencias, opiniones o intereses sin esperar que
nadie nos saque las castañas del fuego.
En cualesquiera de los dos casos
se pone de manifiesto una seria anomalía social, la carencia de una buena
educación crítica y de un ejercicio responsable de ciudadanía que solo puede, y
debe, corregirse reclamando a los nuestros gobernantes de turno que nos pongan
ante el espejo de la realidad, de la responsabilidad ante nuestras decisiones y
de que no nos sigan tratando como menores de edad. Y otro día hablaremos de
Arturo Mas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario