lunes, 25 de septiembre de 2017

Pedro, no es el de Rajoy el brazo que debes doblegar sino el de los delincuentes como Puigdemont



El desaparecido líder del PSOE, Pedro Sánchez, anda bastante calladito desde que los separatistas catalanes han echado los pies por alto, y para lo que dice mejor que se quedara mudo pues cuando habla sube el pan.

Sánchez a quien no se le conoce una buena acción ni una mejor palabra anda con el tema separatista bastante desaparecido para que el tema no lo degaste y lo poco que hace es para debilitar al gobierno de España que él, en su mezquindad y cortedad de miras, confunde con el del PP y Mariano Rajoy, ciego como esta por echar a este de la Moncloa e instalarse el y su rubia señora en tan palaciego enclave.

Pues como digo a Pedro Sánchez no se le conoce una buena acción y por tirar de memoria, y no muy atrás, hay que recordar que en Marzo de 2016, recen elegido Puigdemont presidente del gobierno autonómico catalán le faltó tiempo   para reunirse con él cuando ya había explicitado su voluntad secesionista y se había puesto en manos de la CUP para llevar a cabo tamaño desafío antes de que finalizara 2017.

Andaba por entonces nuestro amigo Pedro con aquello del “no es no, a ver qué parte no entienden” y faltaba poco para que sus camaradas lo echaran a patadas de la secretaría general del PSOE ante el abismo que les abría la mera posibilidad de unas terceras elecciones para formar gobierno en España.

No contento con ello, recientemente mando a sus acólitos del Congreso de los Diputados que votaran NO, ay que ver la manía de este hombre, a la propuesta de Ciudadanos a favor del Gobierno de España, no del PP, ante el desafío separatista. Ocasión en que muy dignamente se autoexcluyo, absteniéndose, la anterior portavoz socialista en tiempos de Rubalcaba, Soraya Rodríguez, a la que aún queda sensatez y recordó lo que por otro lado era obvio y es que lo que se defiende es la legitimidad del Gobierno de todos los españoles ante el delito de sedición que unos cuantos ponían en marcha contra la Constitución, el Estatuto de autonomía catalán, el reglamento de la asamblea parlamentaria catalana y la soberanía de todos los españoles. Pero claro se nota que Pedro falto a clase el día que dieron esa lección y luego aprobaría por su cara bonita.

Más llegado a este punto su traición es mayor si consideramos que las cuatro asociaciones de jueces y magistrados de España han declarado que Puigdemont, al ponerse enfrente de la legalidad, ha dejado de ser autoridad, cuando artistas, juristas y órganos jurisdiccionales se han manifestado avergonzados del acoso que se somete a Guardia Civil, Policía, Jueces y Fiscales por ejercer sus funciones de preservar el ordenamiento jurídico, sobre el que no está ninguna persona o autoridad, en defensa del interés común de todos los españoles.

Y ante ello ¿Cuál ha sido su última ocurrencia? pues pregonar a los cuatro vientos que el PSOE doblara el brazo de RAJOY y le obligara a negociar. NO el brazo del delincuente, no, el del Presidente del Gobierno que nos hemos dado los españoles para que ejerza esta función después de no una sino dos elecciones generales en las que, no hay que dejar de recordarlo, el candidato Pedro Sánchez cosecho los peores resultados para los socialistas, en la segunda ocasión peores que en la primera.

Y es que este es el recurso fácil de los “progres” atacar al que sabe que no te va a atacar porque están en juego intereses mayores que la mezquina ambición de Pedro Sánchez.  De la misma forma que los progres tratan de zaherir a los católicos en el convencimiento de que no devolverán el golpe, miren ustedes como nunca lo hacen con los musulmanes.

Pues bien, ese es el total resumen de la trayectoria de Pedro Sánchez, debilitar al gobierno de España, negarle la posibilidad o entorpecer el ejercicio las medidas que en su mano pone la ley para después criticar el que no resuelva el problema poniéndose al lado del pirómano en lugar del bombero.

Lástima de España si ha de caer en manos de tan desaprensivos gobernantes.

 

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