El desaparecido líder del PSOE,
Pedro Sánchez, anda bastante calladito desde que los separatistas catalanes han
echado los pies por alto, y para lo que dice mejor que se quedara mudo pues
cuando habla sube el pan.
Sánchez a quien no se le conoce una
buena acción ni una mejor palabra anda con el tema separatista bastante
desaparecido para que el tema no lo degaste y lo poco que hace es para
debilitar al gobierno de España que él, en su mezquindad y cortedad de miras,
confunde con el del PP y Mariano Rajoy, ciego como esta por echar a este de la
Moncloa e instalarse el y su rubia señora en tan palaciego enclave.
Pues como digo a Pedro Sánchez no
se le conoce una buena acción y por tirar de memoria, y no muy atrás, hay que
recordar que en Marzo de 2016, recen elegido Puigdemont presidente del gobierno
autonómico catalán le faltó tiempo para reunirse con él cuando ya había
explicitado su voluntad secesionista y se había puesto en manos de la CUP para
llevar a cabo tamaño desafío antes de que finalizara 2017.
Andaba por entonces nuestro amigo
Pedro con aquello del “no es no, a ver qué parte no entienden” y faltaba poco
para que sus camaradas lo echaran a patadas de la secretaría general del PSOE
ante el abismo que les abría la mera posibilidad de unas terceras elecciones
para formar gobierno en España.
No contento con ello, recientemente mando a sus
acólitos del Congreso de los Diputados que votaran NO, ay que ver la manía de
este hombre, a la propuesta de Ciudadanos a favor del Gobierno de España, no
del PP, ante el desafío separatista. Ocasión en que muy dignamente se
autoexcluyo, absteniéndose, la anterior portavoz socialista en tiempos de
Rubalcaba, Soraya Rodríguez, a la que aún queda sensatez y recordó lo que por
otro lado era obvio y es que lo que se defiende es la legitimidad del Gobierno
de todos los españoles ante el delito de sedición que unos cuantos ponían en
marcha contra la Constitución, el Estatuto de autonomía catalán, el reglamento
de la asamblea parlamentaria catalana y la soberanía de todos los españoles.
Pero claro se nota que Pedro falto a clase el día que dieron esa lección y
luego aprobaría por su cara bonita.
Más llegado a este punto su
traición es mayor si consideramos que las cuatro asociaciones de jueces y
magistrados de España han declarado que Puigdemont, al ponerse enfrente de la
legalidad, ha dejado de ser autoridad, cuando artistas, juristas y órganos jurisdiccionales
se han manifestado avergonzados del acoso que se somete a Guardia Civil,
Policía, Jueces y Fiscales por ejercer sus funciones de preservar el
ordenamiento jurídico, sobre el que no está ninguna persona o autoridad, en
defensa del interés común de todos los españoles.
Y ante ello ¿Cuál ha sido su
última ocurrencia? pues pregonar a los cuatro vientos que el PSOE doblara el
brazo de RAJOY y le obligara a negociar. NO el brazo del delincuente, no, el
del Presidente del Gobierno que nos hemos dado los españoles para que ejerza
esta función después de no una sino dos elecciones generales en las que, no hay
que dejar de recordarlo, el candidato Pedro Sánchez cosecho los peores
resultados para los socialistas, en la segunda ocasión peores que en la
primera.
Y es que este es el recurso fácil
de los “progres” atacar al que sabe que no te va a atacar porque están en juego
intereses mayores que la mezquina ambición de Pedro Sánchez. De la misma forma que los progres tratan de
zaherir a los católicos en el convencimiento de que no devolverán el golpe,
miren ustedes como nunca lo hacen con los musulmanes.
Pues bien, ese es el total
resumen de la trayectoria de Pedro Sánchez, debilitar al gobierno de España,
negarle la posibilidad o entorpecer el ejercicio las medidas que en su mano
pone la ley para después criticar el que no resuelva el problema poniéndose al
lado del pirómano en lugar del bombero.
Lástima de España si ha de caer
en manos de tan desaprensivos gobernantes.
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