Es una
realidad asentada en casi cuarenta años de democracia española que quien gana
el centro político gana las elecciones. El PP ya lo ha hecho.
El PP ha
desplazado al PSOE del mismo y UPyD no logra arrebatárselo al no convencer a
una gran parte del electorado de centro y centro derecha, mucho menos desde que
su lideresa, Rosa Díez, acaba de recordar que ella es socialista. Lógico y
coherente con su trayectoria puesto que durante muchos años militó en el PSOE y
con dicho partido fue Consejera de Comercio, Consumo y Turismo del Gobierno de
la Comunidad Autónoma vasca de 1991 a 1998 en coalición con el PNV.
Pues bien con
el PP asentado en el Centro político le resta recuperar la confianza de los
españoles. ¿Qué va a hacer para ello?
Indudablemente
la economía va a mejor, y cada vez más. Las noticias en tal sentido, revisión
al alza de la calificación del Reino de España, las revisiones al alza de las
previsiones y datos de crecimiento y del número de viviendas vendidas,
concesión de más créditos y la creación de empleos van a ir a más. Y este es un
fenómeno que se retroalimenta y acelera, a mayor crecimiento, menos paro, menos
gasto en prestaciones por desempleo, más renta disponible, más gasto para
generar a su vez mayor crecimiento, el círculo virtuoso del que andábamos
alejados desde hace demasiado tiempo. Y de ello el mayor beneficiario, aparte
de los españoles va a ser el Gobierno del PP que capitalizara con justicia
dichos éxitos.
Pero eso no
basta, o digamos que no llegaría a un suficiente número de personas para
hacerlo significativo.
Por ello
reformara el IRPF, bajando los tipos impositivos para las clases medias. ¿Y
como conseguir que una reforma que
entrara en vigor en 2015 y cuyos efectos veremos en Junio de 2016 cuando
presentemos la declaración de eses ejercicio tenga efectos inmediatos en la
percepción favorable de los españoles?, sencillo.
La bajada de
retenciones en las nominas, resultado de la reforma del IRPF, tendrá efecto
desde Enero de 2015. Por ello sin aumentar las nominas brutas el ciudadano si recibirá
mensualmente un mayor salario neto. Y ese efecto riqueza será inmediato, teniendo
el Gobierno del PP 5 meses para rentabilizarlo antes de las elecciones municipales
y autonómicas y casi un año para hacerlo antes de las Generales. Una promesa
cumplida supone además recuperar la confianza de que lo que se promete se lleva
a cabo, y esto no es poco.
No obstante lo
anterior, no es suficiente.
Es necesario
un golpe de efecto de tipo populista, con trascendencia ante los ciudadanos que
iguale a los políticos con aquellos que les otorgan su confianza. Y yo apostaría
por una medida como la de quitar el aforamiento ante los tribunales de
diputados, senadores, diputados autonómicos y de paso de los jueces y magistrados
pues, como recordaba José Apezarena en elconfidencialdigital.com http://www.elconfidencialdigital.com/el_videoblog_de_jose_apezarena/escandalo-aforados-pertenecen-poder-judicial_0_2250374957.html
Son 7.000 de
los 11.000 aforados que hay en España. Reducir esta figura a los miembros del
Gobierno y presidentes del Congreso y Senado es más que suficiente y coherente
con los usos de las democracias avanzadas de nuestro entorno ya que el Rey ya
viene reconocido como “irresponsable” ante la ley en la misma Constitución.
Y el remate de
todo ello vendría de la solución del entuerto catalán. Si soluciona el mismo
manteniendo la cohesión territorial, el cumplimiento de la ley y la
corresponsabilidad fiscal entre todos los españoles no es que Mariano Rajoy vaya
a revalidar la mayoria, entonces es que lo sacan a hombros.
Puede que
peque de optimista, que alguno se sonría diciendo al leer estos tres capítulos “¿Qué
se habrá fumao este tío?” pero lo bueno de dejar escrito las cosas es que ahí quedan
y el tiempo dirá a quien da o quita la razón. Yo, de verdad, y por el bien de
España, los españoles y su futuro espero no equivocarme.