Pues bien el gobierno del PP, el ministro de Justicia, ha comenzado a perder ese debate desde el momento en que ha aceptado darlo en el campo que ha elegido el PSOE.
¿Y cómo es esto? El PSOE ha
planteado la reforma como una restricción sobre una situación anterior, su ley
de plazos. Y toda restricción, recorte, pone al que lo plantea en una postura
negativa ante la población y el electorado.
Sin embargo parte de una premisa
que no es verdad. El PSOE e IU lo ocultan premeditadamente y el PP no lo ha
sabido plantear.
La verdadera cuestión es que en
España es facilísimo evitar un embarazo no deseado y por ello no hay que llegar
al aborto, a truncar una vida, para evitar esta situación.
En España está al alcance de
cualquiera el conseguir un medio anticonceptivo, píldora., preservativo, DIU,
píldora del día después, sin que la minoría de edad, ni el coste de dichos
medios, sea un obstáculo para ello. Durante años las autoridades sanitarias,
los medios de comunicación han divulgado hasta la extenuación campañas como el
“póntelo, pónselo”, han puesto en marcha
una extensa red de planificación familiar y campañas divulgativas en colegios e
institutos con lo que tampoco puede argumentarse desconocimiento alguno sobre
las posibilidades al alcance de cualquiera.
Es por ello que haría bien el
ministro de Justicia, el Gobierno en su conjunto, en insistir en esta realidad
y que consecuente con ella se restringen las situaciones de afrontar un aborto,
truncar una vida, a aquellas avaladas con una mínima razón ética, el peligro
para la vida del feto, de su madre u otras de similar índole.
Con ello además se desenmascara a
quienes al amparo del simplista eslogan “nosotras parimos, nosotras decidimos”
trivializan un acto trascendente que afecta a un tercero indefenso, el concebido,
que en todo caso y como señala nuestro Código Civil se tiene por nacido para
todos los efectos que le sean favorables, el primero de los cuales sin duda es
su derecho a la vida.
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