Sumidos como estamos aún en los
coletazos del movimiento separatista es buena ocasión para hablar del futuro
del ferrocarril en España. Y eso enlaza con el tan, últimamente, mencionado “corredor
mediterráneo”.
A ninguno se nos escapa que por
su misma denominación lo que primero se nos viene a la cabeza es un trazado que
discurriera desde el Puerto Algeciras para recorriendo las costas andaluzas
llegar al Levante para discurrir por Murcia y la comunidad valenciana para
llegar a Cataluña y de ahí conectar con el resto de Europa a través de la
Junquera.
La importancia de este trazado
estriba en que comunicaría a tres de los Puertos más importantes de España-
Algeciras, Valencia y Barcelona- tres zonas exportadoras de gran importancia
exportadora-la huerta almeriense, murciana, valenciana, además de la importante
industria valenciana y catalana- con el gran mercado del resto de la Unión
Europea.
El problema estriba en que de
concluir este corredor mediterráneo tal como está planteado actualmente otorgaría
a Cataluña el cerrojo sobre casi el total del tráfico de mercancías de España con
el resto de Europa.
A ninguno se nos escapa que esta
circunstancia de “cerrojo” otorgaría a una hipotética “Republica catalana” un
arma de presión muy importante ante una hipotética negociación con el gobierno
de España y una importante fuente de ingresos fiscales- los derechos de aduana
que tendrían que pagar las mercancías españolas y europeas que transitaran por
el territorio catalán- por lo que a lo mejor hay que replantearse apostar todo
y por ahora a esta sola alternativa.
¿Qué alternativas existen? Por un
lado, está la salida por el País Vasco, por Irún, y por otra a través de
Aragón, por Canfranc.
De la del País Vasco que podemos
decir, bien es cierto que el independentismo vasco está muy apaciguado, pero no
es descartable y desde luego el efecto de cerrojo y como vía de ingresos
aduanaros podríamos repetir lo dicho sobre Cataluña. Su ventaja sobre la solución
aragonesa es que la red ferroviaria de conexión con el resto de Europa está más
desarrollada.
¿Y la solución aragonesa a través
de Canfranc? Pues que tiene problemas tanto a una y a otro lado de la frontera
con Francia. Por un lado, el tramo de Huesca a Canfranc tendría que mejorase
considerablemente en pendientes, vías y electrificación, aparte de que el túnel
está inutilizado. Por el lado francés el problema es que al día de hoy la vía
no llega y en todo caso las pendientes del recorrido hacen que en distintos
tramos la velocidad no supera los 20 kilómetros.
No obstante, todos estos
problemas son solucionables a nivel técnico, presupuestario y dotarían de una
importancia logística de carácter estratégico a Zaragoza que podría distribuir
a Irún, Canfranc o la Junquera indistintamente y en función de las
circunstancias económicas, políticas o meteorológicas.
Por todo ello tal vez habría que
echarle una pensada antes de cometer un error mayor.
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