Hace unos días leía la noticia en
El
Confidencial de que la sección de UGT de la Radio Televisión Española solicitaba
que se excluyera al periodista Salvador Sostres del programa de Carlos Herrera
en la 1 ¿Cómo lo ves?
Ante ello no tuve, sino que
recordar cómo estos mismos sindicatos de paniaguados que viven de no sé qué
obligación que tenemos el resto de españoles de pagarles sus magníficos sueldos,
lograron que se excluyera al economista Juan Ramón Rallo de las tertulias de
TVE porque defendía que en el actual panorama de libertad y pluralidad
informativa no era necesaria una televisión pública y, es más, era un
despilfarro.
Si ese “ataque” a la presencia
pública fue entonces el motivo esgrimido, en el caso de Sostres es la supuesta
misoginia del personaje. Y es que en cada progre, izquierdoso o sindicalista se
esconde un pequeño o gran Torquemada que dice defender la libertad de
expresión, la pluralidad y el intercambio de ideas, ¡ah! pero si son las suyas,
sino no vale.
Este mensaje de pureza ideológica
es común a la izquierda y al nacionalismo quienes se arrogan la facultad de etiquetar
de facha a quien discrepa de sus argumentos y mayormente a aquellas personas mejor
cultivadas intelectualmente que ellos y a los que siendo complicado rebatir por
la fortaleza de sus ideas es más fácil estigmatizar y excluir del debate
público porque claro, ellos iban a quedar como lo que son, unos zoquetes
ignorantes y gandules.
Pues bien, desde aquí debo
reconocer que, como oyente de Carlos Herrera en la COPE, lo que más me atrae de
su programa es la calidad intelectual de aquellos de los que se rodea. Personajes
de la talla de Ignacio Camacho, Beito Rubido, Joaquín Leguina, Jorge Bustos,
Paco Robles, José María Fidalgo, Nicolás Redondo, David Gistau, Salvador Sostres
y muchos más.
Y este señor tiene el acierto de
rodearse de gente brillante intelectualmente porque no teme quedar apagado por ellos,
sino que refuerzan su discurso y su credibilidad desde el argumento, la razón y
la serena exposición de ideas, algo de lo que carecen los mediocres como los
sindicalistas de TVE y algún otro más.
Habría que recordarles a estos
señores sindicalistas que la libertad hay que predicarla y más si es de la gente
que no piensa como tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario