Resulta sorprendente el frente común que han hecho 50
universidades públicas y 20 privadas contra el Decreto de carreras
Universitarias 3+2.
Y sorprende por que dicho Decreto no impone nada. El Decreto
deja en manos de las Comunidades Autónomas y las Universidades su implantación.
Y ante ello el clamor del Consejo de Rectores Universitarios ha sido unánime
¡Homogeneización! “todas por igual”.
Y entonces ¿para qué quieren autonomía Universitaria? ¿Solo
para gastar sin controles externos sus presupuestos? ¿Solo para contratar sin
control a familiares, enchufados y pelotas de departamento?
Realmente se ponen ellos solos en evidencia. Rechazamos un
sistema que está mayoritariamente vigente en los países de nuestro entorno.
Y la única excusa que encuentran para ello es la carestía de
los másteres. Máster que son voluntarios y que precisamente la Universidad
puede hacer mucho para abaratarlos. Ya se dijo en estas mismas páginas, basta
con que el exceso de carga docente que se libere por la reducción de los años de carrera se emplee por los
profesores universitarios en impartir los correspondientes másteres. Con ello
el coste principal de los mismos, la retribución de los profesores, sería
próximo a cero con lo que dicho argumento decaería por completo.
Distinto es que los profesores estén dispuestos a renunciar a
las retribuciones complementarias que les facilitan su participación en los
másteres de las mismas Universidades que los emplean. Esa es una guerra que
seguro que las Universidades tienen perdida.
La que es evidente que tienen perdida es la de la calidad y
demanda de los mismos, pues al igual que ninguna Universidad española está entre las 150 mejores del mundo animo a quien quiera a ver en qué
puesto están los másteres que imparten nuestras endogámicas y corporativistas
Universidades.
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