Las últimas manifestaciones del
dirigente del PP en Cataluña, Xavier García
Albiol “Han transcurridos seis días desde el atentado de París. Ahora quiero
transmitir -desde la reflexión personal- mi visión sobre lo que está ocurriendo
en Europa. Soy muy consciente de que los 'buenistas' se lanzarán a la crítica
feroz, pero afirmo sin ningún tipo de complejo que uno de los principales
problemas que tiene Europa y Occidente es el multiculturalismo. Una sociedad
multicultural es garantía de guetos, inadaptación y conflictos. Yo apuesto
claramente por la pluralidad. Pluralidad que significa que quien venga a
nuestro país puede mantener sus costumbres de origen, siempre y cuando éstas
sean compatibles con los valores y leyes que tenemos en Occidente. Y a quien no
le guste... A su casa”
han recibido muchas críticas de los sectores que no
admiten que haya una opinión diferente a la suya y de ellas se han hecho eco
los medios de comunicación dándole un sesgo mayoritariamente negativo.
Y no hay razón para ello.
Primero el señor García Albiol ha
expresado su opinión, lo cual es de aplaudir pues no es frecuente ver un
político con ideas propias y que las manifieste con libertad sin importar que
se aleje del guion oficial.
Segundo, su opinión está fundada
en la realidad que percibimos en muchos barrios de nuestras ciudades
convertidos en guetos donde se agrupan por nacionalidades o creencias
religiosas expulsando a quien no las comparte y estableciendo un comportamiento
ajeno a las reglas de la nación que los acoge.
Se podrá discutir que ese sea el
principal problema de Europa y Occidente, pero lo evidente es que existe y que
como señala García Albiol esto genera inadaptación y conflictos.
La fortaleza de Europa es haber instaurado
un régimen de libertades públicas presidido por unas leyes que respetamos todos
con independencia de nuestras convicciones individuales y eso se quiebra cuando
alguien pretende vivir entre nosotros, aprovechar nuestras ventajas sociales,
educativas y económicas pero a su vez tratando de imponer su forma de vida y
creencias como superiores a la comunidad en que se inserta.
Hábitos como el de la imposición
del velo o el burka fuera del ámbito doméstico-e incluso en este-, los
matrimonios concertados, la ablación, los crímenes de honor son contrarios a
las creencias europeas y se han superado en nuestro entorno hace muchos siglos
y no encuentro una sola razón por la que debiéramos transigir con ellos.
Por ello no deja de sorprenderme que sean los grupos de izquierda y feministas
los menos combativos con estos fenómenos que se sitúan en las antípodas de lo
que por otro lado dicen defender. No sirve de excusa el defender todo aquello
que creen es enemigo del imperialismo o capitalismo para apoyarlo de inmediato
pues con esa postura infantil y simplista están socavando el régimen de
libertades del que disfrutamos todos y ellos los primeros.
Mi conclusión de todo ello es la reafirmación de
que la izquierda española está llena de “poses”
de dirigentes que se niegan a pensar, a tener un razonamiento autocrítico que
sea distinto de mero seguimiento del “catecismo del buen revolucionario” y del
eslogan maniqueo de buenos y malos. Malos los israelitas aunque sean la única
democracia de Oriente Medio y buenos los Palestinos aunque se líen a puñaladas
con transeúntes y vecinos judíos. Malos los Estados Unidos, Francia cuando
atacan a los terroristas y tiranos en
sus territorios y malos cuando no intervienen para evitar las consecuencias de
las guerras que crean esos mismos terroristas y tiranos.
Son los mismos que cuando ETA
asesinaba a guardias civiles, policías nacionales Ertzainas, empresarios y políticos decían “algo habrán hecho”. Así
siguen desde entonces y se niegan a cambiar, a la vez que nos tratan de imponer
su modo totalitario de ver la realidad.
Oiga, para echarse a correr, así
que animo señor García Albiol que no está usted solo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario