jueves, 26 de noviembre de 2015

Unión Ibérica, un objetivo por el que trabajar desde España y Portugal.


Hace unos meses se publicó las cuestiones que a los chinos se les planteaban respeto a Europa y fue curioso que sobre España la duda era por qué no se anexionaba Portugal http://www.huffingtonpost.es/2015/08/21/no-dejes-de-leer-esto-los_n_8019502.html.

Algunas veces hace falta que venga alguien de fuera y te muestre lo evidente. Desde luego no estoy propugnando que “manu militari” anexionemos a nuestro país vecino pero sí que tendamos a una mayor integración con nuestros vecinos portugueses.

Y es que no hay más que mirar un globo terráqueo y alejarse de él para comprobar lo que para los internautas chinos era evidente, España y Portugal forman una unidad, la Península Ibérica, y en un mundo donde se tiende a la concentración, a agrupar esfuerzos y voluntades ¿Qué más lógico que unir a España y Portugal en una misma entidad política?

Compartimos con los portugueses 1.292 km de frontera que recorren desde Galicia, Castilla León, Extremadura y Andalucía y estamos interconectados en materia de infraestructuras y energía.

Entre Portugal y España tenemos 8 de las 12 plantas de regasificación de la Unión europea lo que en un escenario de utilización geopolítica del suministro de gas por parte de Rusia a Europa y el auge del shale gas de origen americano nos posiciona envidiablemente para ser una plataforma energética para la Unión Europea, cosa que ya han visto nuestros gobiernos promoviendo el Mercado Ibérico del Gas (MIBGAS).

Nuestro comercio exterior e inversor es muy potente situando a nuestros países como principales socios comerciales.

Y lo que es tal vez más importante, el español y el portugués son hablados por 500 millones de personas siendo los dos idiomas Iberoamericanos.

Po eso iniciativas como las que han propuesto las Ligas de Futbol española y portuguesa, la Copa Tajo o Ibérica, son el mejor camino para avanzar en una mayor integración en la que debemos empujar los ciudadanos de ambos países.

España tiene mucho que ganar de esa mayor integración, un horario más racional y mejor posicionamiento para los negocios son dos pequeños ejemplos,  por lo que merece la pena que estos temas de Nación ocupen cada día más espacio en las discusiones y programas de nuestros políticos y no las mezquindades de nuestros nacionalismos.

Es la diferencia entre trabajar para ser una gran nación o perderse en los detalles.

 

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