Empecemos con
algunos datos. En España a un sueldo de 1000 euros mensuales el empresario ha
de añadirle 299 euros por Cotizaciones Sociales, Fondo de Garantía Salarial,
Desempleo y otra cantidad que va de 9 euros a 71,5 euros por Primas de
Accidentes de Trabajo según la actividad que desarrolle el trabajador
(fotógrafo el menor y minero el mayor).
En definitiva,
en España contratar a un trabajador tiene como mínimo un sobrecoste del 30,8% que
ingresa la Seguridad Social ocupando en la OCDE (Organización para la cooperación
y el desarrollo económico) el séptimo lugar por mayores costes sociales.
Últimamente la
Unión Europea, el fondo Monetario Internacional
nos piden reiteradamente que bajemos las Cotizaciones Sociales y las
compensemos con una subida del IVA.
Esta petición
tiene su máxima expresión en Dinamarca donde las pensiones y prestaciones
sociales se financian exclusivamente vía impuestos no existiendo cotizaciones
sociales sobre el salario.
A esta lógica petición,
avalada por el Informe Lagares de Reforma del Sistema Tributario, el Secretario
de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, nos ha salido con un argumento
de asusta viejas impropio del nivel técnico que se le presupone “para bajar las
cotizaciones sociales 5 puntos- del 30,8% al 25,8%- deberíamos subir el IVA al
29% y no creo que nadie esté pensando en esto”. Y se acabo el debate, o no,
porque no cuenta toda la verdad.
España sufre
un curioso fenómeno resultado de su escasa producción industrial y escasa
investigación e innovación, importamos más que exportamos. Tanto que si no fuera
por los ingresos del turismo, y en tiempos anteriores a las remesas de los
emigrantes, nuestro déficit sería crónico y nos habría llevado hace tiempo a la
bancarrota.
No podemos
aspirar a ser punteros en todos y cada uno de los sectores, ningún país lo es,
pero también es verdad que compramos productos que incorporan escasa o nula tecnología
con origen en países que nos hacen dumping social, China y el sudeste asiático,
al no incorporar los costos que si tenemos en España para mantener nuestro
sistema de bienestar.
Hay que
recordar que cuando importamos un producto terminado estamos trasladando
riqueza generada en España al exterior sin obtener nada a cambio.
Por ello una
buena opción es aplicarle el IVA sobre el costo total del producto con el que
encarecemos su precio haciéndolo menos atractivo en precio ante el consumidor
final frente a productos nacionales o de la Europa comunitaria y recuperando,
en parte, a través del IVA los costos sociales que no lo han grabado en origen.
Hay que tener
en cuenta que las importaciones supusieron el año 2012 para España 55.784
millones de euros con lo que cada 1% que subiéramos el IVA supondría un ingreso
adicional de 557 millones de euros al año. No lo resuelve todo pero ayuda.
Continuara….
No hay comentarios:
Publicar un comentario