miércoles, 9 de julio de 2014

Eliminar aforamientos de jueces, fiscales y políticos. Una medida favorable para Rajoy sino espera a que le obliguen a tomarla.


No se trata de reivindicar, por apuntar una posible línea acción gubernamental, el que en este blog ya se comentara que la reducción de aforados era una vía para la regeneración política y favorable para que el Gobierno,  el PP, volviera a sumar adhesiones ciudadanas pues todo apunta que Rajoy va por ese camino.


Se discute mucho del tema, pero existe una creencia simplista de que en España  únicamente los políticos gozan de este privilegio y nada más lejos de la realidad.

De ese número mágico que va de boca en boca y que está asentado en el subconsciente de los españoles, 10.000 aforados, 5.370 son Jueces y 2.400 fiscales. Aparte de ellos lo son los miembros de la Casa Real, el Presidente del Gobierno y los ministros, diputados, senadores, presidentes y diputados autonómicos.

¿Pero qué supone esa protección jurídica? el aforamiento lo único que quiere decir es que en lugar de que te juzgue el juez de primera instancia, el juzgado de instrucción, se va directamente al tribunal superior de Justicia o al tribunal Supremo.

Eso sí, somos récord europeo de aforados. En países como Alemania y Reino Unido no existen. Sólo el presidente goza de esa condición en Portugal e Italia y en Francia apenas una veintena de personas tienen esa protección.

Por ello una drástica reducción del número de aforados-que debe afectar por igual a jueces, fiscales y políticos- sería visto por los ciudadanos como una muestra palpable del ánimo e impulso reformista alejado de declaraciones vanas o propuestas indefinidas a futuro.

Aparte de ello su coste político sería ínfimo, si existe, pues lo que es noticia negativa para un partido o su entorno es que uno de sus miembros vea acusado o imputado, no el carácter o nivel del tribunal que lo juzgue.
Además de ello esta medida llevaría aparejado  el que fiscales y jueces afinaran mucho más los supuestos, en ocasiones demasiado endebles, en los que dieran curso a esas causas pues de otro modo los juzgados se verían inundados de causas contra responsables políticos con el único o principal motivo de condicionar su conducta a la hora de tomar decisiones que naturalmente y en todas las ocasiones o perjudican a algunos o no gustan a todos.

Para conocer más


 

 

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