Igual usted como yo ha oído en Esradio o ha podido leer en algún periódico
que la presidenta de la Comunidad de Madrid, la popular Cristina Cifuentes, ha utilizado
como argumento de peso para justificar su honradez el que en el banco tiene poco
más de 900€ de saldo y que vive de alquiler. Yo fue oírlo y empezar a dudar de
Cristina Cifuentes.
Y mi duda nace no de la
reiteración de un informe elaborado por un cabo de la UCO, del que se desconoce
nombre, titulación académica y si tiene o no especialización alguna en derecho
administrativo y más concretamente en contratación pública, sino de la
ponderación de las virtudes que deben acompañar a un ciudadano en su vida
corriente y el que estas virtudes deba trasladarlas al ámbito de la gestión
pública.
Me explico, la Sra. Cifuentes tiene
un año menos que yo, 52, lleva desde 1989 cobrando un sueldo público. En
ese tiempo yo, que saque mi oposición en 1987, dos años antes de que esta Sra. empezara
a trabajar, he tenido tres hijos, tengo una vivienda en propiedad, un coche y
un apartamento en la playa que aún estoy pagando al banco, unos planes de
pensiones y un saldo que supera en bastante, gracias a Dios, los 900€ en el
banco. Pues bien, o esta Sra. es una despilfarradora compulsiva en juegos de
azar, compras de ropa y complementos o alguien, ella en primer lugar, me tendrá
que explicar en que derrocha el dinero.
Y es que mi inquietud nace de que
estos comportamientos poco ortodoxos en lo económico los traslade a su gestión
de la Comunidad de Madrid “viviendo al día” sin la menor ponderación de
eficacia, eficiencia y dotación de reservas para los imprevistos que devienen
en cualquier organización humana de carácter económico ya sea de carácter público
o privado.
De ahí nace, y no de otras consideraciones,
mi desconfianza de los políticos que airean como si fuera una medalla su
supuesta pobreza pues, no está de más recordar que allá por el 2006, siendo presidente
de la Comunidad andaluza don Manuel Chaves, se supo por su declaración de bienes
que era el único de los miembros de su gobierno que no tenía fondos de
pensiones, ni participaciones o acciones en sociedad, ni siquiera coche, con un saldo total de cuentas bancarias de 3.887
euros y un préstamo hipotecario de 22.613 euros. Y así llego a donde ahora está.
Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces
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