Anda el personal muy revuelto porque
el apoyo del PNV a los Presupuestos cuesta 4.000 millones de euros en cuatro años y, sin embargo,
los árboles no nos están dejando ver el bosque.
Los presupuestos para 2017 no son
los que querría haber aprobado Rajoy, él hubiera estado encantado con haberlos
podido consensuar con el PSOE como se hizo con la aprobación del techo de gasto
a cambio de subir el Salario Mínimo.
Muy al contrario, estos Presupuestos
son los que el PSOE ha impuesto aprobar como consecuencia de su descomposición
interna.
Una situación que unida a un
proceso de elecciones internas ha radicalizado las posiciones de los dos
candidatos “orgánicos”, Susana y Patxi, y les impide contemporizar con el
adversario, el PP, aunque sea en aras del bien común.
Es por ello que, si a alguien hay
que pedirle cuentas de los desequilibrios territoriales del nuevo Presupuesto
es al PSOE y a la cobardía de sus máximos líderes para afrontar los costos,
pero también los beneficios, de pactar políticas de Estado por temor a que les
etiqueten como “menos socialistas” que Pedro Sánchez, cuando este de lo que va
sobrado es de ser más anti PP y más ególatra que nadie.
Y no pensemos que al debate de
Presupuestos va a ir Rajoy desarmado y cautivo pues no tiene más que plantear
al PSOE que la solución la tiene en sus manos, pactando con el PP los presupuestos
y dejando en la papelera la bajada del cupo vasco y las inversiones en las
provincias vascongadas.
Sea cual sea la respuesta, Rajoy de
un plumazo se habrá cargado a Patxi López, que apoya el gobierno del PNV y a Susana
Díaz, y seguirá trabajando a favor de Pedro Sánchez que es lo que piensa que le
viene mejor para seguir ganando elecciones.
Y por otro lado ¿de qué otro modo
vamos a ir a Paris en AVE si no es pasando por las Vascongadas o Cataluña?
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