Solo aquellos que han perdido
cualquier referencia intelectual o ética y carecen de un criterio distinto al “trending
topic” pueden alumbrar majaderías como que al Estado laico se llega por las
comuniones o bautizos civiles.
Gracias a Dios la gente es más
consecuente que la patulea de indigentes mentales que se han aupado al gobierno
de municipios y comunidades al calor de un cabreo ciudadano que con intención
de darle una patada a los políticos de siempre nos la ha propinado a los
vecinos de estas ciudades elevando a semejantes individuos a puestos a los que
en su vida soñaron ni para los que están preparados. Esto ha sido el “Principio
de Peter” llevado a la enésima ponencia.
Y lo peor de todo es que detrás de
ello no hay un laicismo armado intelectualmente y llevado a la práctica con
racionalidad y equilibrio como ocurre en Francia. No, aquí lo que prima es un anticlericalismo cobardón,
mucho resentido de patio de colegio que tira la piedra y esconde la mano bajo
la sombra de no sé qué derechos democráticos con los que se zahiere
constantemente a la Iglesia Católica y a los ciudadanos que practican su
doctrina.
Porque claro no verá usted a
estos valientes defensores del laicismo alzar la voz contra el Ramadán, la
fiesta del cordero ni suplantando civilmente la circuncisión o el Bar Mitzvah judío, no que estos tiene malas
pulgas como comprobaron en sus carnes los redactores de Charlie Hebbo.
Esperemos que como indican las
encuestas al “calentón” le quede poca vida, lo malo es que a estos ya los
tenemos para cuatro años y cuanto más perciban que no van a repetir más daño harán
en el tiempo que les queda. Si no al tiempo.
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