El de enterrador de una
organización centenaria como es el PSOE es el oficio al que se está empleando
con inusitado empeño Pedro Sánchez y que puede hacer realidad ganando las
primarias del PSOE, que las puede ganar.
Y no es que me importe porque no
comparto nada del ideario de esta formación que paulatinamente ha ido perdiendo
la O de obrero, la E de español y está a punto de perder la S de socialista
para quedarse con la P de partido o estructura de colocación de quien no tiene
otra manera de ganarse la vida.
Sabido es que Pedro Sánchez ya
hizo bastante para enterrar al PSOE en las dos últimas elecciones bajando su
listón hasta los 85 diputados, pero parece empeñado, impulsado por su profundo
rencor contra aquellos que lo apearon de la Secretaría General del PSOE, en
alcanzar más bajas metas.
Si fuera por sí mismo y lo que
aporta no habría de que preocuparse, pues tras su fachada y estética sonrisa
apenas se oculta nada más que el “no es no” y una ambición de poder personal
sin límites.
Pero es que las circunstancias
parecen estar aliándose con él para que cumpla su propósito.
1.- La sucesión de causas de
corrupción que aún siguen afectando a dirigentes, en activo o no, del PP lo
están cargando de razones para sostener que tenía razón para el “no es no”,
ocultando, eso sí, que se le descabalgo de la Secretaría General no por esta
postura sino por el peligro que suponía echarse en brazos de Podemos, la
perspectiva que abría de unas terceras elecciones y un nuevo y más profundo
batacazo del PSOE.
3.- La entidad de la candidata
que tiene enfrente, porque Patxi López no cuenta para nada, Susana Díaz. En
materia de gestión poco puede aportar la presidenta de una Comunidad como la
andaluza que lleva treinta años gobernada por el mismo partido y no abandona el
furgón de cola del subdesarrollo español y europeo. En lo político, empeñada
como está en desdecirse de sus hechos, apoyo a la investidura de Rajoy, y
negándose a participar en pactos de Estado con el PP en materias como
Presupuestos, Educación, etc. se parece cada vez más a lo que haría Sánchez. Y
entre el original y la copia los ciudadanos prefieren el que va a las claras.
3.- La actitud de los militantes,
que no los votantes, del PSOE. Frente a lo que pudiera parecer la mayoría de
ellos están alejados o se les ha alejado de puestos remunerados en la política
por lo que no están sujetos al control de los barones y por otro lado como
todos que se apuntan a un partido, club de futbol etc. muestran una
radicalización que no es común al general de los ciudadanos con lo que tienden
a ser más extremos que su base electoral. Razón por la que su apoyo a Sánchez
como rechazo a Rajoy es mayoritario.
Estos tres hechos pueden llevar a
que Pedro Sánchez gane en el PSOE y eso lleve a esta formación a la irrelevancia.
Y ello ¿Por qué?
a.- El electorado español es más
moderado que Sánchez con lo que sus dos revolcones electorales serían el
precedente del futuro tercer revolcón.
b.-Entre el original, Podemos, y
la copia, PSOE, los españoles que comulguen con ideas radicales de izquierda
preferirán a Podemos y expulsaran al electorado más centrista.
c.- El triunfo de Sánchez
generará una guerra civil y una “limpia” en el PSOE que afectará a cuadros y
cargos electos lo que romperá la estructura y base electoral que lo sostiene.
d.- Una vez superado el “no es
no” y la venta de su imagen poco o nada le queda que ofrecer a Pedro Sánchez
sino es arrojarse en brazos de los separatistas perpetuando o agravando los
privilegios de unos españoles frente a otros en función del lugar donde viven,
por razón de lengua o su Rh.
Por eso no es aventurado afirmar
que a Pedro Sánchez le quedara el triste papel de “enterrador” del PSOE, el de
“un siglo de honradez y ni un minuto más”