Los griegos me
caen bien, también portugueses, irlandeses e incluso los italianos. Eso de
pasarlas canutas te hace solidarizarte y empatizar con tus iguales. El matiz
con los italiano es porque eso de estar en el G7, etc. les hace mirarnos un
poquito por encima del hombro aunque el que su prima de riesgo se mantengan
siempre un poco peor que la nuestra les ha hecho bajar los humos un poquito.
No por eso me
caen mal los alemanes y Merkel en particular, más bien siento una sana envidia
por una clase política sensata y unos ciudadanos con buenos hábitos financieros
y democráticos.
Pero hoy la
cosa va de Grecia y España. Las próximas elecciones griegas del 25 de Enero
suponen toda una oportunidad para España e incluso para Europa.
Van a ser la
piedra de toque de si la demagogia, si el decirle a la gente lo que quiere oír,
que se puede alcanzar el cielo sin esfuerzo, tiene éxito o de repente decidimos
que bueno, estuvo bien eso de protestar contra los de siempre, una barricada o
una gamberrada a los 35 o 40 pero que llegado el momento de las decisiones
importantes hay que pensar con la cabeza y no con las emociones.
Sera el
momento de comprobar si somos un pueblo adulto o un conjunto de niños
malcriados.
Por eso si los
griegos deciden dar un respaldo a la derecha de nueva Democracia, que se ha
comido el marrón que crearon otros y
disfrutaron todos pensando que eso de que te pagaran siempre por no hacer nada
iba a durar toda la vida, resultara que de pronto adquirirán la mayoría de edad
que muchos le niegan. Y eso será bueno para todos, para los primeros para los
griegos.
Pero si por el
contrario se entregan en los cantos de sirena, el tremendo cuento de los
extremistas de Syrza, eso de “gastemos que siempre habrá unos alemanes que nos paguen
las copas” será malo para Grecia pero no tan malo para España.
¿Y por qué?
Sencillo, aquí tenemos nuestro particular Peter Pan que se niega a crecer y que
igual que este arrastró a Wendy y los
chicos al “País de Nunca Jamás” ha
arrastrado a miles de españoles sumidos en la desesperanza y ansiosos de oírle a alguien eso de que “esto tiene arreglo y no
lo vais a pagar vosotros”.
Y solo pensar
que el “iluminado” griego de Syrza tendrá que enfrentarse con una prima de
riesgo en 920, mientras la española está en 112, enfrentarse a caídas en la
bolsa de Atenas, salida de capitales nacionales y extranjeros y a que nadie le
quiera prestar el dinero, no por maldad sino porque no se fían de que se lo
devuelva, que necesita Grecia para pagar sueldos, pensiones y servicios
públicos va a ser un espectáculo lamentable para los griegos pero educativo
para los españoles que de nuevo podrán comprobar que las utopías marxistas
provocan el infierno en la tierra para aquellos que las soportan.
Y eso con un
año por delante para ver sus efectos antes de que tengan lugar las elecciones
en España. Tiempo para recapacitar y pensar que la atolondrada juventud ya
paso, que gobernar es cosa muy seria para entregarles un país a políticos de salón
que no han administrado ni su comunidad de vecinos.
Y alguno me dirá,
¿y si al final los de Syrza lo hacen bien, sanean las cuentas públicas, atajan
la corrupción, el despilfarro y crean empleo? Pues igualmente bueno para
España, yo me habré equivocado pero eso pasa todos los días y si es así no tendré
remilgos en admitirlo, pero desgraciadamente
va a ser que no y España y los españoles tendrán tiempo de reconsiderar
las cosas. Por eso 2015 tiene pinta de ser un buen año, pase lo que pase.