jueves, 27 de noviembre de 2014

Eliminar los pagos en efectivo. Una medida radical contra la evasión fiscal, la economía sumergida, la corrupción que además reduce los atracos, el narcotráfico y el contrabando


Hace poco el periódico económico Cinco Días publicó que en Suecia cuatro de cada cinco transacciones ya se realizaban con tarjeta descartando paulatinamente el pago en efectivo http://cincodias.com/cincodias/2014/11/25/finanzas_personales/1416909440_242338.html

Esto que es posible en Suecia no tiene ninguna razón para no poderse trasladar a España y con unos efectos muy beneficiosos parara todos, salvo para los que esconden ingresos indebidos a Hacienda, la Seguridad Social y con ello no solo defraudan al Estado sino que nos toman a los demás por tontos.
 
España tiene una alta penetración en nuevas tecnologías y el uso telemático de la banca privada, siendo de los países donde mayor número de cajeros y Smartphone por millón de habitantes en toda Europa lo que pone las bases necesarias, pero no suficientes para implantar esta medida de manera generalizada.
 
La implantación de tal medida debiera venir acompañada de otras complementarias como
 
·         La paulatina prohibición de pagos en efectivo, empezando por prohibir los pagos en metálico de una cuantía superior a 450€, lo que eliminaría el valor “refugio” y “negro” de los billetes de 500€, esos que casi todo el mundo dice desconocer. Dicha cuantía debiera reducirse periódicamente hasta llegar a su eliminación absoluta de los pagos en efectivo.
 
·         El que los salarios debieran pagarse obligatoriamente por ingreso en cuenta, de modo que en los Juzgados de lo Social solo tuvieran valor probatorio del pago de los mismos los apuntes por transferencia.
 
·         El que los pagos por compras y ventas de bienes y servicios entre empresas solo pudieran acreditarse ante Hacienda si viene avalados por una operación bancaria y no de efectivo.
 
·         La paulatina reducción de comisiones a establecimientos y consumidores por uso de tarjetas hasta llegar a su gratuidad total. La banca se vería beneficiada por el paulatino incremento de sus depósitos pues el efectivo en manos del público irá perdiendo su utilidad e interés de manera que la tarjeta se convertiría no en un servicio añadido, y cobrable, sino en un elemento indispensable y complementario a esa bancarización de las transacciones.
 
·         Eliminar los pagos salariales en especie. Basta ya de vales comedor, coche de empresa, uso de piso de empresa y otras milongas. Que las empresas paguen el salario en dinero y que cada uno haga con su dinero lo que quiera.
 
Esta medida tendría ventajas inmediatas y evidentes como
 
·         Aflorar gran cantidad de empleo sumergido al ir reduciendo las posibilidades de hacer los pagos en efectivo, único medio de ocultarlo a la vista de la Administración.
 
·         Aflorar gran parte del los ingresos negros de profesionales y empresarios que no declaran los mismo al no dejar rastro del mismo, pensemos en consultas de médicos, despachos de abogados, arquitectos, ingenieros etc. y la multitud de consumiciones en efectivo de las que no requerimos ticket.
 
·         Se eliminaría por completo la pregunta ¿con IVA o sin IVA? Pues ello solo es posible si el pago se hace en efectivo. Con ello afloraría gran cantidad de ingresos en “negro” de profesionales y servicios.
 
·         Eliminaría, o haría muy difícil la ocultación de sus ingresos ilícitos, de delitos como el narcotráfico y el contrabando además de disuadir de la trata de blancas por el “rastro” que dejaría en las cuentas bancarias de quien lo presta y quien lo solicita.
 
·         Reduciría hasta casi eliminar los atracos a personas y bancos al no haber ni efectivo que robar ni nada en lo que usar el producto de dicho delito.
 
·         Eliminaría la corrupción al sustentarse muy principalmente en los pagos en efectivo “en negro” que no dejan rastro.
 
Quien me conoce puede llegar a sorprenderse de este planteamiento tan radical en alguien que defiende el liberalismo y la libertad de la persona.
 
Pero no hay nada de contradictorio en ello. Como defensor de la libertad individual, de la libre iniciativa, de que mi dinero donde mejor se emplea es en mi bolsillo defiendo que los impuestos sean lo menos posible, pero de igual manera sé que su existencia es necesaria para el sostenimiento de los servicios públicos, la solidaridad y la redistribución de los ingresos pues vivimos en comunidad y de ella nos beneficiamos todos.
 
Por todo ello  recomiendo para ayudar en la implantación de esta medida que usemos siempre que podamos los pagos por tarjeta o transferencia y cuando alguien se queje de ello tal vez estemos ante quien de alguna manera se beneficia  que sus ingresos queden en “oscuro”.
 

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