Días atrás y
con motivo de la apertura del curso universitario leí con estupefacción las declaraciones del Rector
de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano López, http://sevilla.abc.es/sevilla/20140927/sevi-rector-hispalense-descabellada-gratuidad-201409271805.html
que son un cumulo de despropósitos y rebelan la total ausencia de estima por la
labor que se le supone debiera ejercer.
Lo primero que
me llamo la atención fue la interiorización de la endogamia entre el
profesorado universitario pues al hablar de la reforma en la Dirección de las
Universidades abogo por que la figura del Rector y el Claustro «sigan siendo elegidos por la
comunidad universitaria durante muchos años más».
Por lo pronto
el señor Rector de la Universidad de Sevilla revela su total distanciamiento y
desapego con la vida real de empresas, fundaciones y otras grandes
instituciones que en el mundo son dirigidas con gran éxito por profesionales de
la gestión que nada tienen que ver en su formación o dedicación con los
médicos, científicos, abogados, ingenieros o mecánicos a los que dirigen.
Por no
salirnos del caso le recomendaría al Rector que repasara quienes dirigen las
Universidades más relevantes del mundo, entre
las que la de Sevilla ocupa el lugar 384, de seguro que se llevaría más
de una sorpresa. http://www.teinteresa.es/educa/universidades-espanolas-mejoran-ranking-mundial_0_1175884017.html
Continuaba el
Rector reclamando tres medidas, para él, indispensables
1º La
gratuidad total de la matricula de los universitarios
2º Que se
cubran 7000 plazas de profesores universitarios
3º Que todos
los años se les de 1135 millones de euros “de manera incondicionada”, eso sí
que ellos, los Rectores, administrarían como les viniera en gana.
Todas ellas
tendentes a mantener su “status” sin el más mínimo esfuerzo de mejora de la
enseñanza, relevancia de las enseñanzas que imparten o mejor administración de
los recursos y hacer que la Universidad siguiera siendo una factoría de
fracasados donde lo importante no es el conocimiento, la excelencia sino
mantener el puesto y sueldo del rector, su claustro, los profesores y personal
administrativo o de oficios que tiene en nomina. Desde luego si se le hiciera
caso se ganaría que esos estudiantes y profesores agradecidos le renovaran su mandato de forma
vitalicia.
Esta
reivindicación “de casta” no es ajena a
la de otros sectores “privilegiados” del sistema como la sanidad, la
investigación, la cultura, la judicatura, el cine, etc. que siempre han reclamado
que la crisis la paguemos los demás pero ellos no.
Pero no acaba ahí
la argumentación del Rector. Se opone a que los grados universitarios se
reduzcan a tres años con el argumento de que “sería una «tragedia» que haya
estudiantes que «cursen títulos de tres años y otros de cinco solo por razones
económicas», debido a que los precios de la mayoría de másteres «son muy
elevados»”.
Para este
argumento le ofrezco al Sr Rector una solución bien sencilla de coste 0 y después una reflexión.
La solución es
que los Máster de la Universidad de Sevilla sean gratuitos. Y a la Universidad
no le costaría un duro ¿Cómo?
1º la
Universidad tiene sus instalaciones, aulas y laboratorios.
2º Los catedráticos,
profesores titulados y ayudantes ya cobran de la nomina de la Universidad
Pues intégrese
la carga docente de los Máster con la de los grados y asunto resuelto.
¡Ah¡ ingenuo
de mi. Pero es que entonces dejarían de cobrar aparte las horas lectivas de los
Máster.
Esa era la
solución y ahora la reflexión ¿el señor Rector se ha preguntado alguna vez porque
hay familias que se entrampan con préstamos o usan sus ahorros para pagar a sus
hijos Máster de 30.000 euros o más? ¿Sera por que a cambio reciben una
educación y formación de alto nivel?
¿Se ha
preguntado alguna vez el Sr Rector porque en España hay tres Escuelas de
Negocios entre las 10 mejores del mundo y sin embargo hay que ir al puesto 120
para encontrar a la primera Universidad española, la de Barcelona, entre las
mejores del mundo?
Señor Rector desengáñese,
su Universidad, la de Sevilla, y las del resto de España han perdido relevancia,
no se distinguen unas de otras. El alumno ya no elige una Universidad por su
prestigio, calidad de la formación recibida, sino por que encuentre un hueco
para “obtener el título” que desea, dándole lo mismo que lo haga la Universidad
de Santiago o la de Lérida.
Créame no hay
otro camino que el trabajo, la dedicación, la búsqueda de le excelencia en la
docencia y en el alumnado para recuperar
el sitio que hace tiempo tuvo la Universidad Pública, claro está si ese es el
objetivo.
No obstante si
su objetivo y el de otros es mantener a costa de todos su sillón y su sueldo
sus recetas son las adecuadas, lo que no sé es si los españolitos de a pie
vamos a estar conformes en pagarlas.
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