El penúltimo vomito de la campaña
de los separatistas es el de denunciar un “pucherazo” en las próximas
elecciones autonómicas del 21 de Diciembre.
Pues bien, esto en España es
imposible. Contra las mentiras datos.
Quien haya participado en alguna
elección como vocal, presidente de mesa, representante de la Administración o
como apoderado o interventor de algún partido en las elecciones saben que eso
es imposible ¿y por qué?
Lo primero es que las máximas autoridades
en cada mesa electoral son los vocales y el presidente que se eligen por sorteo
público y secreto entre los electores de esa mesa que solo pueden votar si se
acreditan con su documento de identificación personal y están inscritos en el
censo.
Además, los grupos políticos que
concurren pueden tener interventores y apoderados en todas las mesas
electorales para controlar la limpieza de las votaciones y el recuento de
votos.
Pero es que hay aún más, el
recuento de los votos es público pudiendo presenciarlo cualquier ciudadano que
permanezca en el Colegio electoral una vez concluido el horario de votaciones.
Una vez concluido el recuento,
los resultados se escriben en un acta cuyas copias en sobre cerrado van a la
Junta electoral, al juzgado, una se cuelga en los tablones del exterior del
Colegio y el resto de copias se lo llevan los representantes (interventores y
apoderados) de los partidos políticos.
Es decir, los datos llegan por
tres caminos distintos a tres entidades distintas: Junta electoral, Juzgado y
partidos políticos, siendo custodiados por el presidente de la mesa electoral,
los servicios de correos y los miembros de los partidos.
Durante el proceso de votaciones
y recuento de votos emitidos, los Interventores, apoderados de los partidos
políticos pueden impugnar las votaciones por aquellas irregularidades que entiendan
hayan podido producirse en la votación o recuento y estas pueden llevarse a la
Junta electoral o al juzgado ordinario.
Por si todavía quedara alguna
duda a las 48 horas de terminar las votaciones los representantes de los partidos
se reúnen en el juzgado para el recuento definitivo sobre las actas originales
que les han llevado directamente de la mesa de votación al juzgado y hasta ese
momento los resultados no son definitivos.
Así que el discurso mentiroso de
Puigdemont y sus secuaces no es más que ganas de enredar.