Las elecciones andaluzas han sido
prodigas en sorpresas y la más destacada ha sido la de Ciudadanos.
Junto a UPyD eran los llamados a
recoger el voto “cabreado” del PP y el nuevo voto joven de tendencia moderada.
El gato al agua se lo ha llevado Ciudadanos. ¿Y por qué?
La cosa no pintaba así hace un año.
UPyD crecía lenta pero constantemente, tal vez demasiado lenta para una
formación de centro, con presencia en el Congreso de los Diputados y que rea
bisagra de gobierno en el Principado de Asturias, a favor de l PSOE.
Las elecciones europeas marcaron la
inflexión.
La realidad de los datos llego a
pedir a su eurodiputado Sosa Wagner la unión con Ciudadanos, de haber ido
juntos a las europeas hubieran sacado lo mismo que Podemos.
Y ese fue el punto de inflexión, una mala
negociación, peor venta del proceso, con salida airada de Sosa Wagner por medio
llevaron al convencimiento del español medio que la deseada unión no había
tenido lugar por culpa de Rosa Diez. Gano Albert Rivera sin mancharse las
manos.
Eso y una mala gestión por parte de
algunos representantes del PP que queriendo ningunearlo le dieron protagonismo
a Ciudadanos y una campaña medios de comunicación asustados por el auge de
Podemos sin alternativa centrista al descontento han aupado a esta formación
prácticamente desconocida en Andalucía al cuarto puesto por delante del IU.
Eso si ahora se ha acabado el tiempo
de predicar y hay que empezar a dar trigo.
Su representante andaluz no parte con
buenos antecedentes, pues apuntala el gobierno municipal del PSOE en Sanlúcar
de Barrameda. Y no creo que los andaluces hayan votado a Ciudadanos para
mantener al PSOE.
Por ello su primera prueba de fuego
va a ser votar o no la investidura de la candidata del PSOE y no acabara ahí.
¿Qué hará para facilitar Comisiones
de Investigación sobre los ERE y Cursos de formación?
¿Facilitara el que el Director de
Canal Sur lo elija el Parlamento?
Preguntas como estas será raro que
las conteste antes de las elecciones generales pero tendrá que empezar a
enseñar la patita y mostrar cuáles son sus verdaderas intenciones y si detrás de
tanto predicar hay algo de trigo.