Quienes
recuerdan los primeros años del gobierno de José María Aznar recordaran la
imagen, presencia, declaraciones y trabajo de José Barea, Director de la
Oficina Presupuestaria del Presidente del Gobierno.
Situado por el
Aznar, y con su respaldo sin fisuras, le cupo el desagradable desempeño de
decir NO, esta palabra que tanto disgusta en política ante las continuas
demandas de servicios por parte del ciudadano.
Lo recordaran sobradamente
los Ministros, Secretarios de Estado, Directores Generales a los que
continuamente reducía sus gastos. Seguro que ahora lo recuerdan con el aprecio que
nace de quien trata con un profesional solvente y honrado.
Demostró con
hechos que se puede llevar una oficina gubernamental tan importante con tres técnicos,
una secretaria, una fotocopiadora y una tremenda capacidad de trabajo y conocimiento
profesional.
Además de ello
era un conocedor profundo de la Hacienda Pública y del Sistema de la Seguridad
Social del que reclamo, con propuestas solventes, su reforma para asegurar su
pervivencia. Ahora más que nunca convendría revisar sus propuestas y aplicarlas
para que el mismo no quiebre.
Descanse en
paz.
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